Año Nuevo Chino: ¿Cómo se celebra esta festividad en China?

El Año Nuevo Chino, también conocido como Festival de la Primavera, es la festividad más importante del país asiático, y junto con las celebraciones por el Día Nacional y el Día del Trabajo, constituye una de las tres Semanas Doradas en las que los ciudadanos chinos pueden disfrutar de un período extenso de descanso.

La idiosincrasia del Año Nuevo Chino radica en su carácter familiar. Así, mientras que las dos últimas festividades mencionadas son aprovechadas principalmente para descansar o para hacer turismo, el Año Nuevo Chino es generalmente utilizado por los ciudadanos chinos para volver a sus lugares de origen y reunirse con la familia.

El carácter familiar de esta festividad se ve reforzado por las propias migraciones internas que tuvieron lugar en China durante las últimas décadas. El rápido proceso de desarrollo económico iniciado con el proceso de Reforma y Apertura en el año 1978 implicó que millones de personas se desplazaran del campo a la ciudad, así como de las regiones del interior a las regiones de la costa, para poder aprovechar las crecientes oportunidades económicas y laborales existentes. Por tanto, no dudan en dar la bienvenida a la oportunidad de regresar a sus lugares de origen para reunirse con sus familiares y seres queridos al menos una vez al año.

¿Cómo celebran los chinos una festividad tan importante para ellos? Además de la ya mencionada compañía familiar, no puede faltar la comida. ¡Y en abundancia!
Se servirán uno tras otros numerosos platos de comida en la mesa, mostrando así que se trata de una ocasión especial. Y, en no pocas ocasiones, éstos irán acompañados de alcohol, concretamente el baijiu, un licor destilado principalmente del sorgo (un cereal que se utiliza en África, parte de Asia y Sudamérica), y que, sin lugar a duda, es la bebida nacional de China.

Para los más pequeños de la casa, los mayores de la familia les entregarán un sobre rojo con dinero, a modo de desear buena fortuna en el año que acaba de comenzar. En el pasado, la celebración también iba acompañada del lanzamiento de petardos y fuegos artificiales, aunque en los últimos años esta práctica ha caído en desuso para reducir los niveles de contaminación. Por el contrario, lo que no ha caído en desuso, es la costumbre de que los familiares interroguen a los jóvenes chinos con preguntas vitales sobre temas profesionales y de pareja, lo que hace que no pocos de ellos teman el interrogatorio que está por venir cuando se produzca el tan ansiado reencuentro con sus seres queridos.

La vuelta a casa, no obstante, no estará exenta de desafíos. Optar por desplazarse implica convertirse en uno más de los cientos de millones de personas que van a subirse a un tren o a un avión. Lo cual implica que las estaciones de tren y los aeropuertos estarán, sin lugar a duda, repletos de personas. O, como dicen los chinos, “人山人海” (Rénshān rénhǎi), es decir, montañas y mares de gente.

De hecho, se estima que este año se realizará un total de 480 millones de desplazamientos con motivo de esta festividad que, si bien supone un aumento del consumo interno, también implica un descenso temporal de la producción industrial. Pero el reencuentro familiar lo compensa sin lugar a dudas para los ciudadanos chinos. Especialmente este año, ya que el 10 de febrero daremos la bienvenida al Año del Dragón, uno de los animales del horóscopo chino más queridos. Como merecida recompensa por haber leído hasta aquí, te deseamos que el nuevo año te traiga mucha suerte y buena fortuna.

 

Antonio José Pagán
Investigador del Centro de Estudios sobre China y Asia-Pacífico

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